martes, 31 de enero de 2012

Reflexiones de dos dias

Enero 29
Isaías 59:14-18 Nos hemos burlado de la justicia y Dios no viene a salvarnos. La sinceridad está por los suelos; ya no hay honradez, y al que hace el bien se le quita lo que tiene.
Isaías dijo: Dios se mostró muy disgustado al ver la falta de justicia. Vio con sorpresa que esto a nadie le importaba.
Entonces decidió usar su propio poder y así nos dio la salvación. Tomó la justicia como escudo y se puso la salvación como casco; la venganza lo cubrió como una capa y el enojo lo envolvió como un manto, para castigar a sus enemigos
y darle a cada cual su merecido.

Como esperamos la justicia de parte de Dios, como esperamos la justicia que viene del cielo, de Su Mano.
No hay en donde se asiente la justicia, hoy entiendo que así como en Babilonia se le hizo un asiento a la Maldad, y la maldad empezó a reinar desde ahí y se hizo ocultismo.
La humanidad le dio asiento a al Maldad, la humanidad le debe dar donde asentarse a LA JUSTICIA.
Esperamos eso, oramos por que así sea, pero el asiento de esa justicia requiere de honradez, requiere de pureza, requiere de integridad y es a nosotros los que conocemos esos valores internados en nosotros por el Espíritu Santo, a quienes nos corresponde ASENTAR LA JUSTICIA EN LA TIERRA. ¿SEREMOS CAPACES?

Enero 30

Isaías 60:21-22
En Jerusalén sólo vivirá gente honrada que será la dueña del país. Será como los brotes de una planta que yo mismo plantaré;
será la obra de mis manos que manifestará mi poder.
Hasta la familia más pequeña se convertirá en una gran nación.
Yo soy el único Dios,y cuando llegue el momento, haré que todo esto suceda pronto».

Dios nos quiere llevar a esa restauración, como llevó a esa restauración a Israel, algo que era visible, que se vio, que sucedió, no una historia contada por alguien, sino algo real.
Hoy Jerusalén está representando a nuestra alma, esa representación quiere decir que DIOS QUIERE QUE NUESTRA ALMA BRILLE, QUE SEA NOTORIA.
Dios quiere que el Paraíso sea visible desde nuestra Jerusalén, el espíritu no se ve, pero el alma con sus actitudes, pensamientos, emociones, intelecto y decisiones, hace visir le que el Espíritu está gobernado y al gobernar, restaurando totalmente el Paraíso dentro de nosotros, hasta que seamos el jardín donde Dios se pasea a la brisa de la tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario